Diferencia entre revisiones de «Otoño matis»

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''«'''Otoño matis'''» es una crónica de la época del rey [[Yrkanis]] por Cuiccio Perinia] historiador real.''
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El rey [[Yrkanis]] permanecía inmóvil, impasible, hierático, una figura inmutable del poder de los Soberanos Matis.
 
El rey [[Yrkanis]] permanecía inmóvil, impasible, hierático, una figura inmutable del poder de los Soberanos Matis.
  
Las wivans se afanaban alrededor de Su Majestad, quitándole una pieza de armadura, bañando un paño inmaculado en una concha de nácar llena de agua pura, masajeando los músculos doloridos, atentas a los suspiros del rey mientras le peinaban…
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Las wivans<ref>''-wivan'', en lengua Matis: débil, relativo a un inferior.</ref> se afanaban alrededor de Su Majestad, quitándole una pieza de armadura, bañando un paño inmaculado en una concha de nácar llena de agua pura, masajeando los músculos doloridos, atentas a los suspiros del rey mientras le peinaban…
  
El Envinenai entró, inclinado. Entre los Matis más ancianos, algunos a veces tenían dificultad para ponerse de pie. El Rey desnudo... Nadie, salvo los curanderos reales o los sirvientes más leales, podría haberlo vislumbrado. El Rey...
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El Envinenai<ref name="Traducción desconocida"/> entró, inclinado. Entre los Matis más ancianos, algunos a veces tenían dificultad para ponerse de pie. El Rey desnudo... Nadie, salvo los curanderos reales o los sirvientes más leales, podría haberlo vislumbrado. El Rey...
  
 
La Reina [[Lea Lenardi|Lea]] entró.
 
La Reina [[Lea Lenardi|Lea]] entró.
  
Yrkanis dormitaba entre las flores perfumadas. La luz de Sagaritis iluminó furtivamente su rostro pálido antes de iluminar su colgante. Los ojos de Lea brillaron. Susurró: <br /><br />
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Yrkanis dormitaba entre las flores perfumadas. La luz de [[Astronomía#La_estrella_del_norte_de_Atys:_Sagaritis|Sagaritis]] iluminó furtivamente su rostro pálido antes de iluminar su colgante. Los ojos de Lea brillaron.
  
:Jena! Kainae!<br />
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Susurró<ref>Lo que sigue es en antiguo mateis.</ref>
:Mailya i alyei se veleis Se!<br />
 
:Manya sa mindalenae!<br />
 
:E ne!<br />
 
:Jena! Kainae!<br />
 
:Ye ne ereis?<br />
 
:Lae wivanae?<br />
 
:Lutae<br />
 
:Karanae cil cirhiae?
 
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"Na Karan...", dijo el sirviente en voz baja.<br />
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"Jena! Kainae!
"¡Na Karan! ¡La Corte te espera..."
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:Mailya i alyei se veleis Se!
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:Manya sa mindalenae!
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:Jena! Kainae!
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:Ye ne ereis?
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:Lae wivanae?
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:Karanae cil cirhiae?"
  
Yrkanis abrió los ojos y señaló con la mano al wivan. Desapareció hacia atrás sin hacer ruido.<br />
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— "Na Karan...", dijo el sirviente en voz baja.
"¡Ma aiyates Karan!"<br />
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:"¡Na Karan! ¡La Corte te espera..."
"¡Ma aiyates uma Karan!"<br />
 
"¡Ma Jena aiyates i Karan!"<br />
 
  
Gritaban los nobles al pasar el rey. Este último, de vez en cuando, inclinaba la cabeza imperceptiblemente hacia uno de ellos, quien inflaba el pecho, mientras los demás, irritados, redoblaban sus reverencias y otras expresiones.<br /><br />
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Yrkanis abrió los ojos y señaló con la mano al wivan. Desapareció hacia atrás sin hacer ruido.
  
Yrkanis se dirigió al trono, subió los escalones que conducían a él y, de repente, se dio la vuelta.<br /><br />
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Gritaban los nobles al pasar el rey.  
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"¡Cuiccio!" Gritó.<br /><br />
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El rey, de vez en cuando, inclinaba la cabeza imperceptiblemente hacia uno de ellos, quien inflaba el pecho, mientras los demás, irritados, redoblaban sus reverencias y otras expresiones.
  
El Botánico e Historiador Real se adelantó rápidamente.<br /><br />
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Yrkanis se dirigió al trono, subió los escalones que conducían a él y, de repente, se dio la vuelta.
  
—¡Aquí estoy, mi Rey! —gritó, más dirigido a la Corte que al propio Yrkanis—.
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— "¡Cuiccio!" Gritó.
—Cuento contigo para que me informes de todo lo que se dice aquí y de otras cosas que te contaré más tarde...
 
—¡Sin duda, Na Karan! »<br /><br />
 
  
El Rey del Bosque se sentó lentamente en el gran trono ornamentado, parte integral del Árbol del Palacio.<br /><br />
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El Botánico e Historiador Real se adelantó rápidamente.
  
Era la señal de que las audiencias habían comenzado...<br /><br />
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—"¡Aquí estoy, mi Rey!" gritó, más dirigido a la Corte que al propio Yrkanis.
  
Por lo general, Yrkanis se hundía gradualmente en su silla, agobiado por las quejas estériles, los informes insípidos y las historias insulsas de unos pocos nobles. Pero esa noche, el Rey no se durmió. Una carta captó su atención y la de todos los cortesanos presentes.<br /><br />
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—"Cuento contigo para que me informes de todo lo que se dice aquí y de otras cosas que te contaré más tarde..."
  
Una letra nerviosa, que surcaba el papel con tinta negra, como golpes de espada sobre cuero mal curtido. Un estilo agudo, vigoroso, directo, pero imbuido de inteligencia…<br /><br />
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—"¡Sin duda, Na Karan! »"
  
Una tal [[Akilia Ashstorm|Akilia]], Ashstorm, lo desafió. Incluso lo amenazó, anunciando que pronto se sentaría gloriosamente en el trono del Rey. Pronto atacaría a Yrkanis a la cabeza de su clan, exterminaría a los seguidores del Rey Matis y esclavizaría a su pueblo…<br /><br />
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El Rey del [[Bosque]] se sentó lentamente en el gran trono ornamentado, parte integral del Árbol-Palacio.
  
Estallaron exclamaciones de indignación; Todos los nobles estaban indignados, a veces hasta el punto de la ira extrema...<br /><br />
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Era la señal de que las audiencias habían comenzado...
  
Yrkanis no dijo nada, observó...<br /><br />
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Por lo general, Yrkanis se hundía gradualmente en su silla, agobiado por las quejas estériles, los informes insípidos y las historias insulsas de unos pocos nobles. Pero esa noche, el Rey no se durmió. Una carta captó su atención y la de todos los cortesanos presentes.
E
 
Los rostros, las actitudes, las miradas.<br /><br />
 
  
Escuchó...<br /><br />
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Una letra nerviosa, que surcaba el papel con tinta negra, como golpes de espada sobre cuero mal curtido. Un estilo agudo, vigoroso, directo, pero imbuido de inteligencia…
  
Las voces, los gritos, los suspiros, los silencios...<br /><br />
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Una tal [[Akilia Tormenta de Cenizas]], lo desafió. Incluso lo amenazó, anunciando que pronto se sentaría gloriosamente en el trono del Rey. Pronto atacaría a Yrkanis a la cabeza de su clan, exterminaría a los seguidores del Rey Matis y esclavizaría a su pueblo…
  
El Rey los conocía a todos; los había observado durante tanto tiempo; desconfiaba de ellos, amaba a algunos sin confiar en ninguno...<br /><br />
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Estallaron exclamaciones de indignación; Todos los nobles estaban indignados, a veces hasta el punto de la ira extrema...
  
La Corte del Soberano de los Matis estaba más viva que nunca. La asamblea de nobles danzaba, susurrando como el follaje de los alineai en el Camino de los Encantadores... Encantadores... ¿Qué otra cosa eran?<br /><br />
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Yrkanis no dijo nada, observó...
  
Yrkanis se puso de pie, con el rostro sereno, sin emociones... ¿En qué estaba pensando en ese momento?<br /><br />
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Los rostros, las actitudes, las miradas.
  
"¡I liyumelame ereis ena!" Dijo monótonamente.<br /><br />
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Escuchó...
  
"La guerra ha llegado..."<br />
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Las voces, los gritos, los suspiros, los silencios...
"Es para esto que te has estado preparando durante tanto tiempo..."<br />
 
"Así que cambia las galas por los Paroks. »<br />
 
"Te espero en el campo de batalla..."}}
 
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El Rey los conocía a todos; los había observado durante tanto tiempo; desconfiaba de ellos, amaba a algunos sin confiar en ninguno...
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La Corte del Soberano de los Matis estaba más viva que nunca. La asamblea de nobles danzaba, susurrando como el follaje de los [[alinea]]i en el Camino de los Encantadores... Encantadores... ¿Qué otra cosa eran?
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Yrkanis se puso de pie, con el rostro sereno, sin emociones... ¿En qué estaba pensando en ese momento?
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—"¡I liyumelame ereis ena!", dijo monótonamente.
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:"La guerra ha llegado..."
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:"Es para esto que te has estado preparando durante tanto tiempo..."
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:"Así que cambia las galas por los Paroks. »
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:"Te espero en el campo de batalla..."
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===Notas===
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Revisión actual del 13:31 19 oct 2025


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Última edición: Zorroargh, 19.10.2025
de:Herbst (Matis-Chronik) es:Otoño matis fr:Automne (Chroniques Matisses)
 
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¡Traducción que tiene que ser revisada!
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Texto de referencia (Texto actualizado, utilizado como referencia) :
Notas :

«Otoño matis» es una crónica de la época del rey Yrkanis por Cuiccio Perinia] historiador real.

Otoño…
En movimiento…
Colores…
Cambiante…
Reflejos anaranjados, tronco, luz,
¡Mektoub se alzó, el cielo!
Ninweule…[1]
¡Un grito!
Mearule…[1]
¡Jena Aiye!

El rey Yrkanis permanecía inmóvil, impasible, hierático, una figura inmutable del poder de los Soberanos Matis.

Las wivans[2] se afanaban alrededor de Su Majestad, quitándole una pieza de armadura, bañando un paño inmaculado en una concha de nácar llena de agua pura, masajeando los músculos doloridos, atentas a los suspiros del rey mientras le peinaban…

El Envinenai[1] entró, inclinado. Entre los Matis más ancianos, algunos a veces tenían dificultad para ponerse de pie. El Rey desnudo... Nadie, salvo los curanderos reales o los sirvientes más leales, podría haberlo vislumbrado. El Rey...

La Reina Lea entró.

Yrkanis dormitaba entre las flores perfumadas. La luz de Sagaritis iluminó furtivamente su rostro pálido antes de iluminar su colgante. Los ojos de Lea brillaron.

Susurró[3]

— "Jena! Kainae!

Mailya i alyei se veleis Se!
Manya sa mindalenae!
E ne!
Jena! Kainae!
Ye ne ereis?
Lae wivanae?
Lutae
Karanae cil cirhiae?"

— "Na Karan...", dijo el sirviente en voz baja.

"¡Na Karan! ¡La Corte te espera..."

Yrkanis abrió los ojos y señaló con la mano al wivan. Desapareció hacia atrás sin hacer ruido.

Gritaban los nobles al pasar el rey.

"¡Ma aiyates Karan!"
"¡Ma aiyates uma Karan!"
"¡Ma Jena aiyates i Karan!"

El rey, de vez en cuando, inclinaba la cabeza imperceptiblemente hacia uno de ellos, quien inflaba el pecho, mientras los demás, irritados, redoblaban sus reverencias y otras expresiones.

Yrkanis se dirigió al trono, subió los escalones que conducían a él y, de repente, se dio la vuelta.

— "¡Cuiccio!" Gritó.

El Botánico e Historiador Real se adelantó rápidamente.

—"¡Aquí estoy, mi Rey!" gritó, más dirigido a la Corte que al propio Yrkanis.

—"Cuento contigo para que me informes de todo lo que se dice aquí y de otras cosas que te contaré más tarde..."

—"¡Sin duda, Na Karan! »"

El Rey del Bosque se sentó lentamente en el gran trono ornamentado, parte integral del Árbol-Palacio.

Era la señal de que las audiencias habían comenzado...

Por lo general, Yrkanis se hundía gradualmente en su silla, agobiado por las quejas estériles, los informes insípidos y las historias insulsas de unos pocos nobles. Pero esa noche, el Rey no se durmió. Una carta captó su atención y la de todos los cortesanos presentes.

Una letra nerviosa, que surcaba el papel con tinta negra, como golpes de espada sobre cuero mal curtido. Un estilo agudo, vigoroso, directo, pero imbuido de inteligencia…

Una tal Akilia Tormenta de Cenizas, lo desafió. Incluso lo amenazó, anunciando que pronto se sentaría gloriosamente en el trono del Rey. Pronto atacaría a Yrkanis a la cabeza de su clan, exterminaría a los seguidores del Rey Matis y esclavizaría a su pueblo…

Estallaron exclamaciones de indignación; Todos los nobles estaban indignados, a veces hasta el punto de la ira extrema...

Yrkanis no dijo nada, observó...

Los rostros, las actitudes, las miradas.

Escuchó...

Las voces, los gritos, los suspiros, los silencios...

El Rey los conocía a todos; los había observado durante tanto tiempo; desconfiaba de ellos, amaba a algunos sin confiar en ninguno...

La Corte del Soberano de los Matis estaba más viva que nunca. La asamblea de nobles danzaba, susurrando como el follaje de los alineai en el Camino de los Encantadores... Encantadores... ¿Qué otra cosa eran?

Yrkanis se puso de pie, con el rostro sereno, sin emociones... ¿En qué estaba pensando en ese momento?

—"¡I liyumelame ereis ena!", dijo monótonamente.

"La guerra ha llegado..."
"Es para esto que te has estado preparando durante tanto tiempo..."
"Así que cambia las galas por los Paroks. »
"Te espero en el campo de batalla..."

-–—o§O§o—–-

Véase también

Notas


  1. 1,0 1,1 1,2 Traducción desconocida. Ni matis, ni alemán, ni francés. Quizás del antiguo mateis.
  2. -wivan, en lengua Matis: débil, relativo a un inferior.
  3. Lo que sigue es en antiguo mateis.


Última versión 2025-10-19•


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