Las Memorias de Be'Cauny Kedgy

De EnciclopAtys

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Página propuesta a la Lore de Ryzom
Última edición: Zamoor, 14.09.2021
de:Die Memoiren von Kedgy Be’Cauny
en:The Memoirs of Kedgy Be'Cauny
es:Las Memorias de Be'Cauny Kedgy
fr:Mémoires de Kedgy Be’Cauny
ru:Мемуары Be'Cauny Kedgy
 
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¡Traducción que tiene que ser revisada!
¡No culpes a los contribuyentes, pero ayúdalos! 😎
Texto de referencia (Texto actualizado, utilizado como referencia) :
Notas :



Las Memorias de Kedgy Be'Cauny





A medida que la hominidad envejece y su tiempo se agota, el peso de los meses y años eventualmente termina pasando factura. Ni siquiera los más poderosos o los más bravíos de nosotros pueden evitar su trágico destino. Tarde o temprano, el tiempo gana la terrible lucha.


Hubo un Homin por quien yo habría dado mucho por ver vivir más tiempo, a quien podría haber amado pero quien parecía preocuparse más por todos los Homins vivientes que cualquier otra cosa sobre Atys. Yo felizmente habría dado mi vida para traerlo a el de regreso.


Mi Maestro será siempre, para mi, el único a quien le debemos dar gracias por este nuevo mundo. Sin su tenacidad y su gallardía, probablemente yo no estaría escribiendo estas palabras. El no fue un emperador ni un rey, solamente fue un Fyros; solo un homin. Por eso, sin duda, la voluble Atys ha olvidado al que una vez fue mi maestro.


La historias rara vez hablan de Homins comunes, aún si este ha sido llamado el Topógrafo de los Arcoiris e incluso el Navegador de las Estrellas. Pero, ¿quién se acuerda de cómo era nuestro mundo en aquellos lejanos días? Muchos de aquellos que han viajado por Atys aún no conocen que es un Arcoíris. Tomaría tiempo y paciencia para explicar nuestra vida: Salir sin esperanza de volver, una fe ciega en una esperanza irracional en aquellos fríos días acurrucados el uno contra el otro en la oscuridad mientras nos escondíamos del enemigo invisible, y la valentía final para retomar aquel camino que llevaba a otra parte...


Toda esa lucha y dificultades para encontrar, después de tres largos años que parecieron una eternidad, los campos de Coriolis. Todo aquel trabajo para ganar un nuevo comienzo, para reconstruir, para ser olvidado a cambio de todo aquel esfuerzo; convertirse en nada más que una leyenda, en una historia alrededor de una fogata. Mi Maestro no vivió para ver como su trabajo ha terminado.


De su gran arte, su lectura de las estrellas, su cautela y habilidades en peligro extremo, nos ha dejado casi nada. Salvo yo, sólo debe quedar viva Deutheus Xaphaan, si es que puedo confiar en los últimos viajeros que se atreven a caminar por las tierras profundas de Atys, y con los que puedo hablar a veces.


¡Deutheus es tan fuerte! ¡Cómo puede estar aún viva en la luz! Me pregunto si ella encontró un lugar en este nuevo mundo. Para mí, la simple visión de la superficie de Atys me traen recuerdos que son simplemente dolorosos. Aquí, mi vida parece tener un sentido y un propósito. Ayudo a quienes requieren ayuda, rescatando del peligro al desafortunado y al temerario por igual… ¿Quién podría conocer el Camino de las Sombras mejor que yo? Aún los Piromancios, quienes finalmente me adoptaron, rara vez dejan su villa. Permanecer aquí es el único camino que he descubierto para volver a vivir y actuar acorde a las enseñanzas de mi Maestro.


El tiempo lentamente borra nuestras pisadas de Atys… ¿Qué permanecerá de lo que fuimos una vez? ¿Quién recordará al Homin que fue Rydon? Los Homins nos dejan al morir, y las cosas que hicieron igualmente desaparecen con el paso de los años.


Mi Maestro, sin embargo, siempre proyectará la sombra de su arcoiris sobre Atys mientras yo pueda mantener vivo lo que una vez fue, y esa gran hazaña que realizó para todos los Homins…

como lo recuerda Kedgy Be'Cauny.