De EnciclopAtys
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Lo que fue construido como un santuario pronto se convirtió en una prisión de tortura a medida que los Kitins consiguieron cruzar la muralla del norte. Las murallas de la ciudad que antaño sirvieron de protección ahora constituían una trampa mortal, ya que las puertas principales no eran suficientemente anchas para toda la multitud de Zoraïs que iban huyendo para escapar a través de esta antes que los Kitins estuvieran a la vista. Además, muchos Zoraïs cayeron en la estampida y fueron pisoteados hasta morir incluso antes que los Kitins llegaron frente a ellos. | Lo que fue construido como un santuario pronto se convirtió en una prisión de tortura a medida que los Kitins consiguieron cruzar la muralla del norte. Las murallas de la ciudad que antaño sirvieron de protección ahora constituían una trampa mortal, ya que las puertas principales no eran suficientemente anchas para toda la multitud de Zoraïs que iban huyendo para escapar a través de esta antes que los Kitins estuvieran a la vista. Además, muchos Zoraïs cayeron en la estampida y fueron pisoteados hasta morir incluso antes que los Kitins llegaron frente a ellos. | ||
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Revisión del 11:47 15 jun 2021
Antes del Gran Enjambre de los Kitins en 2481, los Zoraï creían que eran protegidos de todas las invasiones extranjeras gracias a su gran muralla que se extendía a lo largo de sus fronteras, así también como de las cuales que rodeaban sus ciudades.
Cuando los guardias en sus torres de observación reportaron sobre la presencia de los primeros Kitins marchando a través de tierras Tryker, inmediatamente fue dada la orden de levantar las grandes puertas de madera de syre. Sin embargo, los insectos gigantes no necesitaban invitación oficial para entrar a las tierras de la jungla y literalmente se lanzaron sobre las murallas antes de marchar hacia el templo de la ciudad.
Lo que fue construido como un santuario pronto se convirtió en una prisión de tortura a medida que los Kitins consiguieron cruzar la muralla del norte. Las murallas de la ciudad que antaño sirvieron de protección ahora constituían una trampa mortal, ya que las puertas principales no eran suficientemente anchas para toda la multitud de Zoraïs que iban huyendo para escapar a través de esta antes que los Kitins estuvieran a la vista. Además, muchos Zoraïs cayeron en la estampida y fueron pisoteados hasta morir incluso antes que los Kitins llegaron frente a ellos.
Las ciudades Zoraï desde entonces han sido construidos sin murallas, y los Zoraï han aprendido nuevas técnicas de combate para defenderse contra las agresiones Kitin.
Creyendo que Ma-Duk creó a todas las criaturas grandes y pequeñas para formar un equilibrio natural en el diseño divino, los Zoraï han llegado a aceptar a los Kitins como parte de la esencia de Atys.
Dado que esta filosofía de «vive y deja vivir» promueve la coexistencia entre los homins y las otras formas de vida de Atys, los Zorais atacarán a los kitins solo si el bienestar de la comunidad se ve amenazado.
En el área de la selva, los kitins adquieren un aspecto manchado que les permite mezclarse con la vegetación. Su población es relativamente pequeña en las regiones del País Marchitándose, y aun mas en la región más segura de las Ciudades de la Intuición donde solo se encuentran a unos cuantos pocs Kipees vagando por la zona. En la región del Bosque de las Doncellas, además de los Kipees, el viajero se cruzará con el Kizoar, un Kitin alado. El Refugio de la Pureza hospeda a los Kipee, Kizoar, Kincher y al Kipesta.
El único nido de kitins que aparece hasta ahora en el País Marchitándose está en el Nudo de la Demencia, que el lugar de escena de la fiera batalla del 2512 al 2513, cuando los Zoraï y los Fyros se unieron a las fuerzas para reducir a sus miembros. Desde entonces, el nido, que incluye todas las especies de Kitin, se ha mantenido vigilado.
Los Kitins encontrados en todas las otras regiones más hostiles incluyen a los kipees, kizoars, kinchers y los kipestas, así también como los kibans, que recogen recursos para la colonia, Kirostas que patrullan para proteger a la colonia, y los kipuckas, verdaderos fuertes viajeros, que transportan los recursos y las larvas de un lugar a otro.