Mezza Triva (FR) caminaba inquieta arriba y abajo del palacio real. La actividad era febril y la salida era inminente. Los voluntarios ocupaban las murallas defensivas de la ciudad para asegurar la salida de los últimos refugiados. Nunca hubiera creído que tuviera que vivir un Segundo enjambre. Este acontecimiento lo confundió todo y frustró muchos de sus planes. De todos modos, seguro que habrían muchas oportunidades en los campos de refugiados para hacerlos avanzar...
"¡Vamos, apúrense! Sellen las últimas cajas y no olviden nada de las pertenencias reales. ¡Nada debe quedar atrás!"
Ella ponderó la agitada actividad de los homins alrededor de ella, y así que ella no pudo pasar por alto cuando un joven Matis se detuvo, obviamente inseguro de qué hacer a continuación.
"¡Hey tu!, gritó ella, ¡cuando hayas finalizado tus tareas, ayuda a los demás, o quítate del camino! ¡Pero no te atravieses!"
Han pasado varios días desde que el Rey Yrkanis (FR). ¿Qué pasó? ¿La Karavan se ha llevado a nuestro Rey? ¿Sin una palabra, sin una notificación? Mezza Triva no supo que hacer. La violencia de la situación había escapado completamente de sus manos. Los Matis estaban en un campamento de refugiados sin su Rey y lejos de los bosques.
La reina estaba desesperada por la pérdida de su esposo y el Karin, Stevano, parecía inseguro y perturbado. Sin embargo, continuó su entrenamiento con Nini Cizzo. La mayor parte del tiempo practicaba el manejo de las armas y Nini parecía desempeñar brillantemente el papel de maestro de esgrima.
Mezza Triva, por su parte, había tomado el comando del Gremio de Karavia. Ah, ¡cómo a veces el azar juega a tu favor y hace superflua cualquier intriga cuidadosamente preparada! Miana Sinia había insistido en permanecer detrás y asegurando la retaguardia. Ella nunca más fue vista ... Tampoco su unidad. Sin duda, habría muchos puestos que cubrir en las próximas semanas. Todo había cambiado…
No hace falta decir que los Matis se mantuvieron en contacto con los enemigos de antaño. Los extremistas lamieron sus heridas silenciosamente… y con una sonrisa. La esposa del Karin, Tamiela, por otro lado, pareció sacar el máximo partido a la situación. Ella se hizo cargo de los deberes de la Reina Lea (EN) , quien se había encerrado en su tienda, y estaba continuamente rodeada por aquellos nobles que no se atrevían a acercarse a su cónyuge.
Fue urgente la pronta coronación del Karin. Es precisamente en esa situación que no se permite la aparición de un vacío de poder. El pueblo necesita un rey más urgencia que nunca. Mezza quería hacer todo tan rápido como fuera posible.
La coronación fue realizada en el campamento Matis. En la pequeña colina se había erigido una tribuna con vistas al campamento. El evento debía ser pomposo. Mezza Triva había preparado todo hasta el último detalle: Toda la ceremonia, y aún la fiesta que debía seguirle.
La reina salió de la tienda, rompió su silencio y aprobó la coronación, la cual ayudaría a todos a alzar nuevamente sus cabezas orgullosas después de esta prueba y mirar al futuro. Indudablemente, la coronación mejoró grandemente la moral del campamento. También fue una buena oportunidad para probar la cerveza que Ba' Naer Liffan había rescatado cuando Fairhaven fue evacuado.
Todos esperaron impacientemente que la ceremonia diera comienzo. La Reina Lea Lenardi finalmente tomó la palabra y se dirigió al pueblo Matis. Ella estuvo acompañada del Sumo Sacerdote de la Orden Karavan. Ocasionalmente los espectadores rompían en silbidos y jolgorios. Fue un día que debía ser registrado en los páginas del pueblo Matis. Un nuevo rey había sido coronado, aún cuando su padre no estaba oficialmente muerto. Algunos intentaron cuestionar la legitimidad de la coronación y reclamar el trono del mismo Stevano… pero bajo presión de Mezza Trivia y la reina, quien pareció aceptarla, ellos finalmente debieron ceder. ¡Después de todo, el Rey había sido tomado por la Karavan!
De repente la coronación se silenció. Stevano, con su esposa tomada de su brazo, entraron a la plaza. El sonrió con menos auto-confianza que inseguridad. ¿Así que se supone que ahora soy el rey? Mezza Triva no podía ayudarle sino solo sonreír, pensando en los últimos meses. Aquel pequeño Karin debía sentarse como cabeza del Orgulloso Reino. ¿Aquello significaba el fin de una dinastía o el aseguramiento de su continuación?
La pareja real finalmente entró a la tribuna, primero arrodillándose respetuosamente ante la audiencia y luego ante el Sumo Sacerdote. El tenía la tarea de coronar al Karin en Karan. El Sumo Sacerdote primero dio un pequeño discurso en el cual explicó la especiales circunstancias. Mezza Triva escuchó sólo a medias, hechizada por el real acontecimiento. Stevano asintió con seriedad a cada una de las preguntas del protocolo ceremonial que el sacerdote le había realizado antes de finalmente se levantó. Con una voz clara y fuerte, el juró sobre las férreas leyes del reino y de la fe, antes de voltear hacia la nueva reina y ayudarla a levantarse.
Ambos se mantuvieron de pie al borde de la tribuna frente a unos encantados espectadores. Finalmente un simple grito rompió el silencio, como una explosión de ámbar: “¡El Karan ha muerto!¡Larga Vida al Karan!”
Y todos se unieron en el grito de júbilo. Los aplausos fueron casi interminables.
Cuando cayó la noche y la gargantas fueron poniéndose más roncas, el bufé fue servido. En un día, y una noche, como ésta debía permitirse que fluyeran la cerveza y el vino.
Mezza Triva respiró profundamente, ella estaba ahora a las afueras de las puertas del campamento. ¿Bien, la situación se ha desarrollado… para mejor o para peor? El futuro lo dirá. De ella dependía forjar el futuro tal y como esperaba.